Equilibrio mental

El deseo es miseria

El deseo trae miseria. Lo que deseas es irrelevante; deseas, y eso basta para hacerte miserable. El deseo significa que te has alejado de la realidad, de lo que es. El deseo significa que has caído en la trampa de un sueño. El deseo significa que no estás aquí ahora, sino que te has ido a algún lugar en el futuro.

El ego es la causa raíz de la ansiedad.

El ego es una falsa identidad o máscara que se desarrolla con el tiempo como defensa contra los insultos y el abuso ajeno o para inflar la autoestima. El ego es autodestructivo y causa desequilibrio mental que puede restaurarse calmando y aquietando la mente, llena de «cháchara de mono»: pensamientos y emociones sin sentido causados ​​por el ego.

Estos pensamientos de mono tienen las siguientes formas:
– Miedo al futuro y al fracaso.
– Remordimiento por el pasado.
– Deseo de complacer los sentidos.
– Deseo de prosperidad, mundanidad, poder y posesiones materiales.

La mente es MUY astuta y genera un sinfín de dificultades:
«¿Qué pasa si pierdo mi (trabajo, casa, coche, pareja)?»
«Todo sería perfecto si tuviera (más dinero, trabajo, coche, seguridad, mejor comida)».
Darse vueltas en los miedos solo los hace más fuertes, lo que puede provocar un ataque de pánico.

La manera de matar el ego y aquietar la mente es mantenerla en el presente, no en el futuro ni en el pasado.
* Apaga todos los dispositivos electrónicos (televisión, videojuegos, noticias, etc.); solo fortalecen el ego.
* Busca un momento y un lugar donde no te molesten durante al menos 30 minutos.
Siéntate cómodamente con la espalda recta y los ojos cerrados.
* Visualiza las nubes pasar y repite un sonido como «om» o concéntrate en tu respiración.
* Cuando un pensamiento entre en tu mente, reconoce que está ahí y déjalo ir; no lo fuerces ni le prestes atención.
Sigue repitiendo esto a medida que surjan nuevos pensamientos. Simplemente estás observando las nubes y si parpadeas, no importa, las nubes seguirán ahí.
* Si te cansas, duérmete. Si tienes ganas de llorar, llora. La meditación libera emociones que el ego ha reprimido.

Con el tiempo, se creará un silencio entre los pensamientos. Con la práctica, estos silencios se amplían hasta que los pensamientos desaparecen por completo y te encuentras en un estado de «ausencia mental». Una mente tranquila permite escuchar la suave voz de la intuición y del corazón, que normalmente queda ahogada por el parloteo de la cabeza.

El psicoanálisis intenta liberarte de los traumas del pasado y las heridas de la infancia. No hay necesidad de profundizar en los traumas del pasado; de hecho, incluso si lo haces, nunca te liberas de ellos. Quizás te vuelves más tolerante, más comprensivo, pero nunca te liberas de ellos.

La meditación consiste en aprender a conectar el inconsciente con la conciencia, para que tu propio ser te indique dónde moverte, adónde ir, para que no necesites un líder, para que te conviertas en tu propia guía, en tu propia luz. El hombre se está reduciendo a una máquina y los valores mecánicos se están volviendo dominantes. El hombre común vive una vida muy anormal porque sus valores están patas arriba. El dinero es más importante que la meditación, la lógica es más importante que el amor, la mente es más importante que el corazón. El poder sobre los demás es más importante que el poder sobre el propio ser. Las cosas mundanas son más importantes que encontrar tesoros que la muerte no puede destruir.